Los antibióticos hoy día son cada vez menos eficaces frente a determinadas bacterias, y es así, debido al uso irresponsable que se hace de los mismos, el cual provoca que las bacterias se vayan adaptando.
Existen unos determinados virus bacteriófagos, los cuales ya usaban en la antigua Unión Soviética a falta de otras opciones, atacan a determinadas células y las destruyen. Su funcionamiento es completamente distinto al de los antibióticos, y la capacidad de las bacterias para hacerse resistente se considera limitada, sobre todo porque existen muchos tipos diferentes de virus a los que se puede recurrir.
Cada virus bacteriófago ataca a una bacteria concreta por lo que, de no conocer el origen de la infección, se puede hacer necesario recurrir a un cóctel de muchos tipos diferentes. Por lo que se sabe hasta la fecha, éstos no tienen efectos negativos sobre el cuerpo humano. Hoy conocemos, gracias a IFLScience, un avance en este campo todavía experimental. La empresa de bioingeniería holandesa Micreos ha estado haciendo pruebas para enfrentarse a la bacteria Staphylococcus aureus, y los resultados son de lo más prometedores. En el caso de lesiones en la piel relacionadas con estos microbios, en una semana los bacteriófagos acaban con ellos.
Si esta bacteria aparece asociada a eccemas, en 5 de cada 6 casos el tratamiento los elimina. Eso sí, por ahora este producto sólo se puede aplicar de forma tópica, pero los investigadores trabajan en una presentación inyectable o en pastillas. Si la resistencia a los antibióticos sigue aumentando, estos virus pueden volverse un recurso muy importante. Ya hemos visto que el número de muertes debidas a las súper bacterias no para de crecer, así que mejor dedicar recursos a la investigación ahora y no permitir que una nueva pandemia nos pille desprevenidos, como ha ocurrido recientemente con el virus del ébola.