Volvemos una vez más a mencionar las Redes Sociales en esta web. En esta ocasión, la propia compañía y dueña de Instagram, es decir, Facebook, es la que se echa la mierda encima reconociendo que la aplicación Instagram es tóxica. En público lo niegan, pero lo han afirmado en documentos internos.
La empresa de Mark Zuckerberg ha realizado desde al menos 2019 unos estudios internos sobre la peligrosidad de la red social, propiedad de la compañía, para la salud mental en muchos jóvenes, que obtienen de ella una positividad contraproducente.
Un epicentro del «postureo» con más de 1.200 millones de usuarios activos en el mundo, y la lucha del ego y el narcisismo en una red social que tiene unos ingresos anuales que superan los 22,2 millones de dólares, y en la que parece que hay que demostrar al mundo que uno es feliz las 24 horas del día, lucir palmito y mostrar los lugares que todos piensan que quieren. Un buen caldo de cultivo para la toxicidad.
Las comparaciones con lo que ven en Instagram pueden alterar el modo en que las jóvenes se perciben y describen a sí mismas
Los informes determinan que la aplicación produce «comparación social negativa» y que «alrededor del 32% de las mujeres que la usan, se sienten peor sobre sus cuerpos«. La información ha sido detallada en Wall Street Journal y consiste en mensajes, diapositivas y documentos internos de la compañía, que muestran que sus altos ejecutivos eran consientes de este daño optaron por ignorarlo en público.
La investigación corrobora lo que muchos expertos han dicho anteriormente. Un informe realizado por la Royal Society for Public Health y el Young Health Movement ya había calificado a Instagram como una de las peores redes sociales para la salud mental «por provocar sentimientos de ansiedad. Hace ahora tres años, la red social empezó a esconder los «Me gusta» de sus plataformas en algunos países con el objetivo de reducir la presión sobre sus usuarios así como cambiar el modelo de negocio construido por los influencers.
El estudio mencionado anteriormente recogió las calificaciones de 1.500 personas sobre cada una de las redes sociales que utilizan. La encuesta les solicitaba que puntuasen cómo impacta cada una de estas plataformas en 14 temas relacionados con la salud. Según las calificaciones que dieron a cada plataforma para cada uno de los problemas de salud, a las redes sociales más populares se les asignó una puntuación, siendo Instagram la más negativa de todas.
«Las redes sociales están hechas para fomentar la dependencia y usan un sistema de refuerzos positivos como son los likes. Nuestra imagen y la apariencia ahí es muy importante, pero ¿cuál es la imagen que tenemos de nosotros mismos?. En estas aplicaciones no debo afrontar problemas reales», describe uno de los responsables del Servicio de atención en Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid en una entrevista.
«Se sienten adictas y saben que lo que ven es malo para su salud mental pero se sienten incapaces de parar«, explica uno de los investigadores de Instagram en uno de los documentos. La edad legal de acceso a esta red social es 13 años, pero hace unos meses emergió la posibilidad de que Facebook creara un Instagram para niños. Los chicos adolescentes también se ven afectados, pero en menor grado. Un 14% de ellos dicen que Instagram les hace sentir peor.
En público, Facebook siempre ha restado importancia a los efectos negativos de la aplicación. El propio Zuckerberg en una audiencia del Congreso en marzo de 2021 cuando se le preguntó sobre los niños y la salud mental dijo que lo que la empresa ha investigado «es que el uso de aplicaciones sociales para conectarse con otras personas puede tener beneficios para la salud mental». Además, en agosto, los senadores de Estados Unidos Richard Blumenthal y Marsha Blackburn pidieron en una carta a Zuckerberg que publicara la investigación interna de Facebook sobre el impacto de sus plataformas en la salud mental de los jóvenes. La compañía respondió, entre otros asuntos, que su investigación interna es propiedad privada y «se mantiene confidencial para promover un diálogo abierto internamente».