Las redes sociales son una forma de comunidad donde podemos compartir experiencias, estados de ánimo, re-encontrarnos con viejos amigos e incluso hacer amigos nuevos, pero tienen un lado oscuro y éste es la cantidad de información que desinteresadamente se puede publicar en ellas.
Es entonces cuando las redes sociales se convierten en un filón para quien quiere utilizar nuestra información o la de nuestro entorno cercano en su provecho, y con ello se quiere decir que ponemos ante los timadores, empresas de marketing y spammers, toda esa información.
Aunque hemos realizado algunas entradas al respecto sobre este tema, siempre es conveniente recordar unos consejos que debemos tener muy claros.
Contenido Publicado: Se debe tener cuidado con la información que se publica. En la vida real no se suele contar las experiencias personales al primero “que pasa por la calle” y en la red se debe actual igual. Los datos que se comparten, solo deberían ser accesibles por personas de un entorno cercano, y aun así, existe la posibilidad de que se acceda a ellos por un tercero. No se debe publicar mensajes, fotos o vídeos de algo que nos pudiera afectar más tarde.
Configuración de Privacidad: Se debe hacer un uso correcto de las opciones de privacidad que nos ofrecen las redes sociales. Normalmente estas opciones no están configuradas correctamente y permiten acceder a más información de la que se debería. Aunque no lo parezca, las opciones de privacidad de las redes sociales permiten cierto grado de filtrado sobre la gente con quien se comparte la información.
Amistades en la red: Aunque parezca una incoherencia se debe ser selectivo con quien se añade como amigo o seguidor en una red social. Hay que pensar que más tarde, estas personas son las que van a tener acceso a los datos que se publiquen.
Las redes sociales (ante todo son un negocio): Cada vez que se utiliza una aplicación de una red social estamos permitiendo que vean nuestros datos y los del entorno cercano. Un ejemplo claro de ello lo tenemos en la red social más famosa actualmente y no debemos aceptar esas invitaciones de aplicaciones, por muy amigos que sean nuestros contacto. Todo se debe a que éstos datos, luego pueden ser utilizados por las empresas que desarrollan estas aplicaciones para utilizarlos en beneficio personal (publicidad, ofertas).
Secuestros de cuentas y robos de identidad: En las redes sociales es complicado saber si la persona que está conectada con una identidad, es quien dice ser. Existe la posibilidad de que alguien haya “secuestrado” una identidad de nuestro entorno cercano y la utilice para ver e incluso para solicitar datos sensibles (nº de cuenta, DNI, nº seguridad social). Si alguien del entorno cercano solicita este tipo de información, lo primero que se debe hacer es asegurarse de que la persona que lo solicita es quien dice ser, e incluso aun así, nunca se debería dar esa información mediante la red social. Es preferible utilizar otros métodos (correo, teléfono, etc).
Enlaces y descarga de archivos: Hay que tener cuidado con los enlaces o archivos que se descarguen de las páginas de terceras personas. Los enlaces pueden redirigirnos a webs con software mal-intencionado. Sobre la descarga de archivos se debería tener la misma precaución que sobre un fichero adjunto de un correo. Es decir al menos asegurarse de que en el ordenador donde abrimos este fichero tenga un antivirus actualizado.
A modo de resumen podemos aclarar que las redes sociales no son el paradigma de la seguridad y por esto se debe tener cuidado con ellas. Para concluir, se debe tener cuidado de los datos que comparte en la red social, ser selectivo con las amistades que se incorpore al entorno propio de la red social y verificar cada cierto tiempo la opciones de privacidad de las redes sociales, ya que normalmente cada vez que actualizan el software de éstas, las opciones de privacidad cambian.