Robin Af Ekenstam es el primer ser humano que realiza pruebas con el Smarthand (mano inteligente), una mano robótica que permite devolver al que la lleva la necesidad del tacto. Le amputaron su mano derecha para evitar la propagación de un tumor, según declaraciones de Ekenstam: “Es una sensación que no he tenido en mucho tiempo. Cuando me agarra algo bien lo siento en la punta de los dedos. Es extraño, ya que no los tienen más! Es increíble.”
La mano robótica contiene unos sensores que se activan cuando presiona un objeto. Estos sensores han sido conectados a los nervios de forma quirúrgica en el brazo de Robin, permitiéndole de ese modo volver a sentir los objetos que sostenga.
Su complejo sistema de cuatro motores y 40 sensores permite a los pacientes llevar a cabo funciones de la mano con un toque humano más realista.
El profesor Goran Lundborg, un cirujano del Hospital Universitario de Malmo, dijo que la mano artificial ha sido financiada por la Comisión Europea y que ha sido un avance muy significativo.
Vía: Metro.uk