El correo electrónico (E-Mail) es una gran comodidad y nos facilita el estar conectados con nuestros familiares y amigos, además, nos permite establecer comunicaciones con empresas con las cuales gestionamos compra/venta de artículos. Sin embargo, la recepción y lectura no está garantizada al 100% y a pesar de que existen varios métodos para saberlo, como por ejemplo, incluir imágenes las cuales se encuentre alojadas en servidor propio y hacer un seguimiento de las IP,s que han tenido acceso a ellas, pero el caso, es que los programas lectores de correos actuales permiten bloquear las imágenes entrantes, con lo cual, el método ya no funciona.
Antes era muy sencillo despistar a cualquiera si no querías que esa persona (jurídica o física) supiera que has leído su correo y normalmente solían responder a la pregunta «¿Has leído mi correo?» con un «No me ha llegado nada», «quizás se fue al buzón de SPAM», o simplemente con un.. «¡No!, no lo he leído». Hoy día, y gracias a servicios de seguimiento denominados E-mail Tracking, podemos saber si alguien ha abierto y por tanto leído nuestro e-mail.
Un poco de historia…
El correo electrónico como lo conocemos hoy día nació en el año 1971 en la red ARPANET, la precursora de Internet y de la mano de Ray Tomlinson. La idea era que personas conectadas a la red pudieran enviarse mensajes a través de la misma de forma compatible, sin importar el servicio que la persona estuviese utilizando. Es decir, si yo tengo una cuenta de Gmail, puedo enviarle un correo a alguien con un Yahoo Mail, o un Hotmail, ya que el sistema es compatible.
¿Qué es el correo?…
Una dirección de correo electrónico no es más que el conjunto de palabras que identifican a una persona (física o jurídica) que puede tanto enviar como recibir correo.
El signo @ (llamado arroba) siempre está en cada dirección de correo y fue el que se decidió implementar porque es el único que no suele emplearse en programación, y la divide en dos partes: el nombre de usuario (a la izquierda de la arroba; en este caso, persona), y el dominio en el que está (lo de la derecha de la arroba; en este caso, servicio.com). La arroba también se puede leer «en«, ya que persona@servicio.com identifica al usuario persona que está en el servidor servicio.com (indica una relación de pertenencia).
Lo que hay a la derecha de la arroba es precisamente el nombre del proveedor que da el correo, y por tanto es algo que el usuario no puede cambiar, pero se puede optar por tener un dominio. Por otro lado, lo que hay a la izquierda depende normalmente de la elección del usuario, y es un identificador cualquiera, que puede tener letras, números, y algunos signos.
Es aconsejable elegir en lo posible una dirección fácil de memorizar para así facilitar la transmisión correcta de ésta a quien desee escribir un correo al propietario, puesto que es necesario transmitirla de forma exacta, letra por letra. Un solo error hará que no lleguen los mensajes al destino.
Es indiferente que las letras que integran la dirección estén escritas en mayúscula o minúscula. Por ejemplo: micorreo@servicio.com es igual a micorreo@Servicio.Com o MICORREO@SERVICIO.COM