El peligro que representan los campos electromagnéticos de los teléfonos celulares o móviles volvió a la palestra pública a finales de julio. Un grupo de oncólogos se reunió en Nueva York para analizar este peligro y recomendó tomar precauciones.
El grupo estuvo formado por cancerógolos de Estados Unidos y Francia, y si bien no se atrevió a condenar definitivamente el uso de los móviles, si advirtió que se necesita prudencia, sobre todo en los niños.
«Los campos electromagnéticos generados por los teléfonos móviles deberían ser considerados como un riesgo potencial para la salud», adviertieron los expertos en un memorando publicado por la Universidad de Pittsburg, en el estado norteamericano de Pensilvania. «No ha pasado suficiente tiempo para tener datos concluyentes sobre los efectos biológicos de los teléfonos móviles y otros teléfonos inalámbricos que hoy en día son universales», señala el documento.
También dijeron que «existen pruebas cada vez más importantes de que debería reducirse la exposición mientras continúan las investigaciones sobre este tema».
Los expertos recomendaron a la industria telefónica «asumir responsabilidades». «Es responsabilidad de ellos suministrar equipos con el menor riesgo posible y hacer evolucionar la tecnología en ese sentido. No necesitamos prohibir esa tecnología, sino adaptarla y ponerla bajo control, para que nunca se convierta en una causa de enfermedades».
Entre los participantes estuvo el director del Instituto del Cáncer de la Universidad de Pittsburgh, Ronald Herberman, quien dijo que su preocupación es que «no deberíamos esperar a que haya un estudio definitivo sobre este asunto, sino que más vale estar ahora equivocado por cauteloso, que lamentarlo más adelante».
Herberman añadió que «los estudios con humanos no indican que los celulares sean inocuos, y tampoco indican que sean peligrosos. Pero un conjunto creciente de pruebas indica que deberíamos reducir la exposición mientras continúa la investigación de este asunto».
El experto de la universidad en Pensilvania señaló que los fabricantes de teléfonos celulares e inalámbricos declaran que estos artefactos emiten radiación electromagnética.
«Es probable que los campos electromagnéticos penetren más profundamente el cerebro de los niños que el de los adultos», escribió Herberman.
«Cuando se comunique usando su teléfono celular procure mantenerlo tan lejos del cuerpo como sea posible», agregó el experto.
«La amplitud del campo electromagnético se reduce un 75 por ciento a una distancia de cinco centímetros y es cincuenta veces más baja a 90 centímetros», recomendó.
Pero estas opiniones no son concluyentes. Otros expertos creen que los móviles y otros aparatos inalámbricos no representan ningún riesgo para la salud humana.