Colin Humphreys y sus colegas de la universidad de Oxford revisaron todos los intentos precedentes e informaron acerca de sus conclusiones en la revista Nature (22 de diciembre de 1983). Obtuvieron como candidato más probable la fecha del viernes 3 de abril del año 33.
La base de su resultado reside en varios datos de información del Nuevo Testamento. La crucifixión ocurrió durante el periodo de diez años en que Poncio Pilatos fue procurador de Judea, lo que tuvo lugar entre los años 26 al 36, de acuerdo con registros históricos independientes, en particular los escritos del historiador romano Tácito.
Los cuatro evangelistas, san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan están de acuerdo en que la crucifixión de Cristo sucedió unas horas antes del inicio del sábado judío, que sería a la entrada de la noche de un viernes, y con la diferencia de un día de la fecha de la Pascua judía, que se celebra en tiempo de luna llena. La última cena fue una comida de la Pascua judía, y debió tener lugar al anochecer del comienzo de la fiesta del 15 Nisan del calendario. La crucifixión sucedió más tarde. Esto, no obstante, está en desacuerdo con la fecha de san Juan del 14 Nisan y con las de los otros evangelistas.
Humphreys y sus colegas supusieron pues que tanto el 14 como el 15 Nisan son fechas posibles, y consultaron las predicciones del movimiento lunar para determinar en qué fechas, entre los años 26 al 36, o bien el 14 o bien el 15 Nisan tuvieron lugar en viernes. Ésas eran las únicas fechas posibles para la crucifixión según la evidencia bíblica. El resultado es un conjunto de cinco fechas posibles en viernes: para el 14 Nisan , el 11 de abril del año 27, el 7 de abril del 30 y el 3 de abril del año 33; para el 15 Nisan, el 11 de abril del 27, o el 23 de abril del año 34.
La fecha del 27 de abril pudo haber sido afectada por las, condiciones atmosféricas que habrían estorbado la visibilidad del creciente lunar, que establece el primer día del mes lunar judío. El año 27 es demasiado pronto, porque san Lucas deja cuidadosamente establecido que Juan el Bautista empezó su ministerio en el año quince del reinado del emperador Tiberio César. Humphreys concluye también que el bautismo de Jesús por Juan tuvo que haber sucedido en el otoño del año 28-29, o en la primavera del 29-30. Muchos estudiosos opinan que Poncio Pilatos había sido procurador durante cierto tiempo antes de la crucifixión. El año 34 es probablemente muy tardío, porque estaría en conflicto con la conversión de san Pablo, que se cree que ocurrió en dicho año. Esto significa que el 15 Nisan queda excluido, dejando solamente como candidato al 14 Nisan, e indica que la interpretación de la última cena como una comida de la Pascua judía no puede ser correcta. Jesús murió a la vez que eran sacrificados los corderos pascuales, de acuerdo con la frase del Nuevo Testamento según la cual «Cristo es sacrificado por nosotros en nuestra Pascua».
Quedan pues solamente dos fechas posibles: el 7 de abril del año 30 y el 3 de abril del año 33. San Juan evangelista dice que tuvieron lugar tres Pascuas judías durante su ministerio, que comenzó en el año 28. Esto elimina al 7 de abril del año 30, dejando así solamente al 3 de abril del año 33.
Humphreys añadió a este debate un nuevo factor que no había sido tenido en cuenta por anteriores eruditos. En los Actos 2, 14:21, se informa que la Luna se convertiría en sangre y que el Sol se tornaría oscuro durante el tiempo de la Resurrección. Esta observación aparece también en el así llamado Informe de Pilatos, que fue escrito por Pilatos para Tiberio. Si se interpreta esto como un eclipse lunar, entonces la crucifixión puede ser fechada exactamente. Los eclipses lunares eran descritos frecuentemente de ese modo, incluso literalmente, por los historiadores de la época. Los cálculos muestran que hubo solamente un eclipse lunar visible desde Jerusalén durante el tiempo de la Pascua judía en el período de los años 26 al 36. Tuvo lugar el 3 de abril del año 33. La Luna, ya en la mitad del eclipse, se elevó por encima del horizonte y se habría «convertido en sangre» progresivamente a medida que el eclipse continuó.
De este modo, una combinación de trabajo detectivesco astronómico y de relatos históricos independientes nos confirma la veracidad de gran parte de los detalles de los evangelios y, además, nos permiten establecer con una considerable certeza la fecha en que tuvo lugar la crucifixión. En los anales de los registros religiosos del mundo, se trata del suceso significativo fechado con la mayor precisión de todas las religiones conocidas. Una estimación astronómica similar para la fecha de nacimiento de Jesús, comprendiendo la estrella de Belén, es mucho más complicada y ambigua.
