Una productora porno chantajea a los internautas por descargas ilegales de sus vídeos en la red P2P

VeraSoul Software
3 Min.

Hace ya bastante tiempo habíamos escrito una entrada en la que se trataba un tema muy delicado en cuanto a las descargas que se realizan en Internet mediante P2P. La entrada en cuestión llevaba por título:

Ver porno es legal, descargar películas o música no

 

El caso es que el intercambio de archivos por medio de las redes P2P es uno de los motores que mueve Internet y supone un 40% del tráfico llevado a cabo por los usuarios.

Este tanto por ciento se verá duplicado en el 2015, según un informe predictivo sobre tráfico a cinco años que llevó a cabo Cisco, conocido como Visual NetWorking Index.

Para no desvirtuarnos del tema que lleva por título esta entrada, procedo a comunicarles que en Estados Unidos se mantiene una lucha entre los abogados de una productora de cine para adultos denominada Titan Media . Estos leguleyos están enviando decenas de miles de cartas a usuarios que han descargado de la red una película de temática gay de dicha productora, pero en realidad el asunto es mucho más turbio y oscuro.

En realidad se trata de una trampa que han puesto los abogados, éstos han colocado un fichero en la red P2P con otro nombre, más concreto como si fuera un disco de éxitos del compositor japonés Ryuichi Sakamoto. Los usuarios descargaban el supuesto disco de éxitos, que en realidad era una película porno y con posterioridad recibían la carta de los abogados reclamándoles 1800 dólares en concepto de acuerdo privado por haber descargado ilegalmente de la red una de las películas de la mencionada productora.

El texto de la carta dice algo así como “sabemos que se ha descargado usted una de nuestras películas que estaba rotulada como The Best Of Ryuichi Sakamoto.rar”.

Seguidamente se les exige el pago antes mencionado, y si se niegan a pagar, se les amenaza con un pleito de más de 3500 dólares.

Esta práctica de chantaje tiene una cierta efectividad, porque al menos el 2% de los amenazados acaban pagando para evitarse problemas. No hay pruebas evidentes, pero parece muy probable que sean los propios abogados de la compañía quienes hayan alojado el fichero con la película en la red, y con un nombre falso para que la gente lo descargue por error.

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