Todos hemos pasado por la misma situación; en la búsqueda de empleo, nos enfrentamos a ese momento decisivo : la entrevista de trabajo, donde sentimos que nos jugamos nuestro futuro profesional -al menos a corto plazo-, y que puede estresarnos hasta ponernos extremadamente nerviosos y ansiosos.
¿Existirá una fórmula mágica para poder estar tranquilos en esos cinco minutos que nos parecen años? ¡La respuesta es sí! Es posible proyectar un lenguaje corporal de confianza que permita destacar nuestras fortalezas a la vez que disimulamos el nerviosismo que acompaña ese trance.
A continuación dispones de siete trucos que te ayudarán a mostrarte muchísimo más confiad@ ante cualquier entrevista laboral:
- Construye un resumen curricular a prueba de balas.No hay nada peor que entregar un resumen curricular incompleto, mal organizado o mal presentado. No tienes excusa; tómate el tiempo necesario en hacer un buen diseño, bien organizado, sin olvidar ninguno de tus estudios o trabajos; verificando todos los soportes y copias en el orden correcto y sobre todo, con una buena imagen tomada por un Fotógrafo (Sí, con F mayúscula). El simple hecho de estar consciente que estamos entregando un compendio impecable de nuestro historial académico y profesional, nos inspirará confianza y arrojo.
- Vísteta para matar. (de manera figurada, ojo!) no necesariamente debes ir de traje y corbata si eres hombre, o de traje sastre si eres mujer, pero sí semi-formal al menos con un saco. El saco debe quedarte a la medida; muy grande o muy pequeño y te sentirás incómod@. En cuanto al color general, son preferibles las telas unicolores a las estampadas; no queremos que ellas sean las protagonistas, sino tú mism@. Combina los colores de la manera más sencilla posible, siempre favoreciendo tonos claros; Crearás una excelente primera impresión.
- Tómatelo con calma.Unas gotas de valeriana o un té de manzanilla pueden relajarte un poco antes de salir de casa. No te excedas en el café y trata de comer lo más ligero posible. Usa caramelos de menta minutos antes de la “hora cero”.
- Llega temprano. Es indispensable llegar con suficiente tiempo de antelación (al menos veinte minutos), previendo atascos de tráfico y demás eventualidades atribuibles a Murphy. No hay nada que nos pueda poner más nerviosos que llegar tarde y con prisas.
- Socializa con tus contendientes. Este es un punto difícil si eres un poco tímid@, pero entablar conversación con aquellos que te rodean logrará un efecto psicológico doble: En tí mism@, aflojará la sensación de competitividad, al darte cuenta que los que te acompañan en ese momento son personas de carne y hueso como tú, exactamente igual de ansiosas; y por otra parte, a ellos les dará la impresión de que eres una persona muy segura de sí misma, capaz de sostener un diálogo relajado con quienes lucha por un empleo. ¡Adelante, hazlo!
- Mantén una postura neutral. ¿Por qué esperar hasta el punto cinco para hablar de lenguaje corporal? porque los primeros cuatro te ayudarán a proyectar algo que no puede inventarse: ¡la autoconfianza!. Ya enfrente de tu entrevistador, mantén la espalda ligeramente derecha y siéntate un poco hacia adelante; no cruces los brazos y mantén las manos a la vista y relajadas. las piernas, en ángulo de 90 grados y los pies derechos sobre el piso, sin tamborilear. Relaja los músculos del rostro y sonríe cuando lo creas oportuno. Un tip que nos recomienda Robert Cialdini es imaginarnos que estamos en una especie de maratón de entrevistas de trabajo; debemos asistir a unas hipotéticas 1000 entrevistas, seguidas una de otra, y estamos en la número 315. En pocas palabras, no pongas la entrevista de trabajo en un pedestal; piensa en ella como una conversación más.
- Evita hacer comentarios y preguntas superfluas. El nerviosismo es raíz de comentarios, observaciones e incluso chistes que pueden sobrar; trata de mantenerte en la “agenda” que te dicta el entrevistador y estarás mejor que si te pones a hacer observaciones fuera de lugar.
De Dale Carnegie aprendimos que, en caso de que la persona te entreviste en su propa oficina, no dudes en escrutar el escritorio, las paredes, etc. buscando algo (por ejemplo, una pintura de un artista que conozcas, una foto de pesca, la marca de un bolígrafo), sobre lo que puedas hacer un comentario con contenido. Si puedes entablar una microconversación (siempre y cuando conozcas el tema)también ayudará a aliviar la tensión del momento.